Storytelling, la nueva forma de hacer publicidad que requiere creatividad y talento al escribir.
Con esa tendencia que hay de acuñar términos en inglés cuando se trata de tendencias digitales, llega a nosotros el “storytelling” (story = historia, telling = contando). Como su nombre lo indica, no es otra cosa que contar una historia, sólo que con fines comerciales.
La forma convencional de vender está pasando de moda. Todos los días somos bombardeados con cientos de anuncios publicitarios que nos hablan del mejor producto al mejor precio, de las bondades del mismo al lado de una imagen impactante, ya sea del producto o de alguien feliz disfrutando de él.
Storytelling: Creando una conexión con el cliente
Así, nos encontramos en medio de una guerra de publicidad, con anuncios siendo disparados constantemente por empresas que desean convencernos de ser la opción más conveniente. Con tanto fuego cruzado queriendo llegar a nuestros ojos, el bombardeo se vuelve desgastante y nuestra reacción natural es cerrarlos.
El storytelling es una forma de vender que nació hace algunos años y ha dado buenos resultados. En lugar de intentar vender nuestro producto de forma directa, le contamos acerca de él a nuestros clientes potenciales. Ya sea un relato ficticio o un testimonio real, el objetivo principal es captar la atención del cliente. Al contarles una historia de forma atractiva, ellos disfrutarán la lectura y seguirán adelante por ese simple hecho. En algún punto de la narración, nuestro producto o servicio hará su aparición.
El arte del Storytelling
Por ejemplo, yo te puedo decir que “Rapuncel” es el mejor shampoo, que deja tu cabello sedoso y brillante, que está al alcance de todos y poner la foto de una hermosa mujer con su mejor sonrisa y una cabellera deslumbrante. ¿En cuántas marcas de shampoo puedes pensar que hayan usado esa misma estrategia? Todas, claro.
En cambio, ¿qué tal si te cuento la historia de Laura?
Laura comenzó a perder mucho cabello. Todos los días, el piso de su recámara y algunos otros rincones de la casa amanecían cubiertos con él. Su cabellera se veía opaca y sin vida, algo que a cualquier mujer la entristece. El estrés que esto le causaba hacía que se le cayera el cabello. Era un círculo vicioso que terminaría por dejarla calva. Su trabajo y el cuidado de los hijos la dejaban sin tiempo para ella, por lo que jamás tenía oportunidad de hacerse uno de esos costosos tratamientos que prometían devolverle el brillo y la suavidad deseados.
Un día no pudo más y se soltó llorando con su amiga Andrea.
– ¿Qué te pasa amiga?
– Ay Andy, perdón, te va a parecer muy tonto.
– No, cuéntame.
– Es que no sé qué me pasa. Ve mi cabello, está horrible. Se me cae muchísimo. Y ahora que veo tu cabello tan lindo y brillante no puedo dejar de pensar en que me debo ver fatal.
– Ay amiga, no llores por eso. A mí me pasaba igual, acuérdate, antes tenía pelos de elote. Hacía de todo para mejorar el aspecto de mi cabello y nada funcionaba, hasta que encontré la solución. Te voy a contar mi secreto.
Los ojos de Laura brillaron en espera de la confidencia.
– Se llama Rapunzel, como la del cuento. Es un nuevo shampoo para toda la familia. Uno piensa que las marcas de siempre con tanta publicidad son las mejores, pero a veces las que menos se anuncian son el secreto mejor guardado.
– ¿En serio amiga? ¿Un shampoo te deja el cabello así?
– Te lo juro amiga, es mágico.
Saliendo de ahí, Laura fue directamente al supermercado y compró Rapunzel. Desde la primera lavada, ella sintió como su cabello quedaba más suave y fácil de desenredar. A la semana, ya era evidente el cambio. Su cabellera comenzaba a verse con vida y el suelo ya no parecía alfombrado con el cabello que se le caía.
Un mes después, cuando se encontró de nuevo con Andrea, su cabello se veía radiante y lleno de vida.
– ¡Wow amiga! Tu cabello se ve increíble -y acercándose a su oído agregó en voz baja- Estás usando Rapunzel. ¿Verdad?
Laura se echó para atrás, le guiñó un ojo en señal de complicidad y con una gran sonrisa ondeó su cabellera. En esa ocasión, la reunión fue toda risas y diversión.
¿Por qué el storytelling es tan efectivo?
Las personas se quieren sentir comprendidas y que no son las únicas experimentando ciertas situaciones en la vida. Al identificarnos con nuestros clientes potenciales, nos conectamos y compenetramos con ellos. Esta compenetración y sentido de comunidad hará que la persona te elija, porque hay muchas Lauras allá afuera. Aunque no estés perdiendo cabello como Laura, puedes desear los resultados que ella tuvo usando el producto.